Durante las últimas tres
décadas una proporción creciente de investigación genética está dedicada a
estudios moleculares en medicina. Esto produjo importantes cambios en el
entendimiento de la fisiopatología de diversas enfermedades genéticas. Aunque
muchos descubrimientos fueron aplicados a las técnicas diagnósticas, la
utilización de técnicas moleculares en el tratamiento de enfermedades genéticas
es lógico y natural. La terapia génica consiste en la utilización de ácidos
nucleicos con fines terapéuticos. Aunque esta técnica es muy joven, ya que el
primer paciente tratado fue en 1990, presenta un futuro muy prometedor. En los
primeros 9 años, 396 protocolos clínicos, en más de 3.000 pacientes de 22
países fueron ensayados.
La terapia génica
(TG) es la parte de la terapéutica que utiliza material genético en el
tratamiento de enfermedades; intenta modular la función celular, pudiendo
corregir la deficiencia causada por la pérdida o alteración de un gen al modificar
la expresión de proteínas. Así, secuencias codificadoras de proteínas, sondas
anti-sentido, ADN triples y ribozomas pueden ser considerados los fármacos de
la TG. (JUANA ROZALÉN, 2003).
La TG requiere,
en primer lugar, la identificación del gen o grupo de genes que causan la
alteración a subsanar, su aislamiento y clonación. Es en este contexto donde
emerge con luz propia una de las mayores aventuras de la biología humana, el
proyecto genoma humano (P.G.H), entendiendo por genoma humano a la totalidad de
la información genética contenida en las células humanas, tanto en el núcleo
como en las mitocondrias.
Aunque no
conocemos con certeza el número exacto de genes humanos, es, sin duda, inferior
a los 100.000 que se esperaban y, todavía en las aproximaciones realizadas por
los investigadores, resultan cifras bastantes variables.
La última
aproximación realizada a través del programa bioinformática First
Exon Finder, da una cifra de unos 56.000 genes. Sin embargo, la
cartografía y secuenciación del genoma hunano tan sólo nos va a ofrecer una
cantidad masiva de información. Será necesario un tiempo de interpretación y
traducción de la secuencia de ADN a su función biológica, lo que hace que su
conocimiento constituya tan sólo el inicio, y no el final, de un camino
denominado proteómica.
La variación
genética se origina por dos causas: las
mutaciones cromosomitas
y las mutaciones génicas o puntuales. Entre las primeras también
llamadas aberraciones cromosómicas, se encuentra la duplicación, la
delección y la reordenación de segmentos de cromosomas.
Las mutaciones
génicas se producen por un cambio en la información química en el DNA, que en
conjunto se denomina el genotipo de un organismo. Tal cambio puede ser una
sustitución, duplicación o delección de nucleótidos, que componen esta
información química. Las formas alternativas de un gen que se produce como
consecuencia de la mutación, se denominan alelos. Frecuentemente, aunque no
siempre, la variación genética da lugar al cambio de alguna característica del
organismo, denominada como fenotipo. Una vez que forma parte del repertorio
genético de un organismo, tal variante puede extenderse por toca la población
mediante diversos mecanismos reproductivos. (Rómulo Aycachi, 2004)
Aunque su
aplicación en seres humanos es fuente de gran controversia debido a los
problemas éticos que supone, para el gremio médico es un gran avance para el
tratamiento de enfermedades y mejoramiento de la calidad de vida de los
pacientes.
Describiremos algunas
de las aplicaciones que se han realizado con la TG observando si es
in vivo o ex vivo.
1 hemofilia
1 hemofilia
La TG está
resultando también eficaz en casos de hemofilia «A» y «B» donde se encuentran
alterados los factores coagulantes VIII y IX, respectivamente. En ellas se han
realizado aproximaciones utilizando el transgén de estos factores y vectores
retroviales, adenovirus, virus adenoasociados y ADN desnudo administrados por
vías comunes como la subcutánea, intramuscular, intrahepática, intraperitoneal,
o intravenosa.
Los vectores
actúan como un liberador de los factores a las células musculares del paciente,
donde producirán continuamente este factor. Valores equilibrados de éstos en el
flujo sanguíneo reducirán sustancialmente los episodios de hemorragias
espontáneas y la necesaria infusión de estas proteínas en los pacientes de este
tipo de hemofilia.
2 fibrosis quística
En la fibrosis
quística se ha observado un defecto en el gen que codifica para el canal de
cloro conocido como CFTR, que resulta en un transporte anormal de electrólitos
en las glándulas exocrinas y conduce a una enfermedad crónica obstructora de
los pulmones, insuficiencia pancreática exocrina y aunento de la cantidad de
electrólitos en el sudor. Utilizando como transgén el gen de CFTR y las células
del epitelio del tracto respiratorio, se han realizado estudios utilizando
liposomas y adenovirus como vectores. Los riesgos de toxicidad parecen
descartados en los primeros intentos y basta algo tan sencillo como un
inhalador para conseguir la expresión del gen y aliviar en un 30% los síntomas
de la enfermedad.
3 distrofia muscular Duchenne
4 alteraciones hepáticas
A pesar de los problemas
técnicos, existen protocolos clínicos aprobados para la transferencia ex
vivo de genes al hígado, para el tratamiento de la
insuficiencia hepática aguda e hipercolesterolemia familiar. Los experimentos
con ratones transgénicos, bioquímica y fenotípicamente modificados han
permitido evaluar la eficacia terapéutica de la transferencia génica somática
de vectores adenovirales de la ornitina transcarbamilasa (OTC),
beta-galactosidasa y alfa1-antitripsina humana. Una de las vías para restituir
la funcionalidad del hígado cirrótico se enfoca en la degradación del exceso de
acunulación de proteínas de la matriz extracelular, principalmente colágena
tipo I en el parénquima hepático. La metaloproteasa de matriz-8 o colagenasa de
neutrófilos de hunano es una buena candidata para ser sobre expresada. Otra
aproximación, en hígados cirróticos, la constituye el gen del activador del
plasminógeno urocinasa hunano modificado. Su inserción mediante un vector
adenoviral induce la degradación del exceso de matriz extracelular y estimula
la proliferación de hepatocitos, logrando un rápido restablecimiento de la
funcionalidad del hígado.
5 diabetes
La
TG mantiene abiertas dos líneas de investigación en pacientes con diabetes
tipo 1, caracterizada por una pérdida completa de las células betapancreáticas.
Mientras la primera se basa en la modificación de la respuesta anómala del
sistema inmunitario, la segunda intenta aumentar el número de células capaces
de secretar insulina.
Entre las vías de
actuación sobre la respuesta autoinmunitaria destacan:
– Inhibición de
moléculas implicadas en el desarrollo de la diabetes tipo 1 como interleucina
1beta, factor de necrosis Tumoral alfa, interferón gamma, interleucina 6 y
óxido nítrico.
– Estimular la expresión de interleucina 4 con el fin de prevenir el proceso de inflamación previo a la destrucción de las células beta.
– Inhibición de
la interacción de moléculas Fas/Fas-L.
– Producción
local, en células beta genéticamente modificadas, de moléculas
anti-CD40-ligando, una proteína que desempeña un papel clave en la activación
de los linfocitos T. Con el fin de aumentar el número de células beta, la TG ha
centrado sus esfuerzos en generar células no-beta capaces de secretar insulina
en respuesta a las concentraciones de glucosa. El tipo celular donde se han
obtenido resultados más interesantes y que há generado mayores expectativas es
el hepatocito. Los hepatocitos presentan la capacidad de captar la
concentración extracelular de glucosa, ya que comparten con las células beta
algunos de los componentes naturales del sistema de detección de glucosa, como
la glucocinasa y GLUT-2. Los hepatocitos modificados son capaces de producir insulina
con la actividad biológica y funcional similar a la de la molécula producida
por el páncreas. No obstante, debido a que las células del hígado presentan
diferente sensibilidad a la glucosa que el páncreas, las cinéticas (los
ascensos y descensos) de producción de la insulina obtenida son muy diferentes
a las de la insulina nativa producida por el páncreas, y el control de la
glucosa en sangre no resulta óptimo.
La introducción
del gen PDX-1, implicado en las primeras fases de formación y desarrollo del
páncreas, y en el control de la expresión del gen de la insulina en células
beta maduras, ha resultado suficiente para que el hígado de los ratones
produzca insulina, lo que ha permitido un descenso de las concentraciones de
glucosa de los animales a los que se les había inducido la diabetes mediante el
agente químico estreptozotocina.
6 enfermedades neurodegenerativas
Se han realizado
también aproximaciones de TG en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer en
humanos. En cultivos primarios de neuronas piramidales de hipocampo de rata se
ha sobre-expresado la proteína calbindina D28K, obteniéndose altos
rendimientos. Esta proteína es capaz de unirse al ion calcio modulando sus
concentraciones citoplasmáticas. La sobre-expresión de esta proteína confirió
protección a los cultivos frente a estímulos citotóxicos como el fragmento
25-35 del péptido betaamiloide. También se há analizado a pacientes en las
primeras etapas de la enfermedad, con la implantación de células cutáneas a las
que previamente se les ha introducido el gen del factor de crecimiento
neurológico (NGF) que ha mostrado resultados positivos en el deterioro cerebral
en monos viejos.
Otras patologías
como la enfermedad de Parkinson, en la que la relación con los factores
genéticos es menos clara, representan un mayor desafío. En esta enfermedad, la
TG ha sido llamada el «tercer paso», tras la terapia sustitutiva con la
levodopa y los implantes de células dopaminérgicas. Así, las células
hiperactivas del núcleo subtalámico son consideradas como células diana para la
inserción del gen de la descarboxilasa glutámica ácida (GAD), responsable de la
producción del neurotransmisor inhibitorio GABA, obteniéndose como resultado un
funcionamiento más normal de la actividad de la red cerebral. También se han
realizado aproximaciones de TG ex vivo, con trasplantes de
células capaces de producir dopamina o de secretar factores de crecimiento o
neurotrofinas (BDNF, GDNF) que actúan como agentes neurotróficos, activando
rutas de supervivencia celular en las neuronas afectadas. Utilizando un virus
de inmunodeficiencia felino sobre un modelo animal de una enfermedad lisosomal
humana, la enfermedad de Sly, con déficit de enzima betaglucuronidasa que cursa
con deterioro neurológico progresivo, presentó, por primera vez en este tipo de
investigaciones, no sólo la prevención del progreso neurológico, sino también
la restauración de las capacidades previas mentales de los animales.
Como último
ejemplo de las enfermedades neurodegenerativas en las que se han llevado a cabo
diversas aproximaciones de TG, citaremos las ataxias, en las que se ha
utilizado como vector un VIH atenuado capaz de alcanzar los ganglios dorsales
medulares, una de las áreas más afectadas en la ataxia de Friedreich. Se ha
planteado el uso de moléculas, como el factor de crecimiento insulínico-1
(IGF-I), que retrasen la muerte celular observada, planteándose la posibilidad
de la regeneración neuronal mediante el uso de células madre.
7 Ceguera
Se han realizado
estudios en un tipo de ceguera total, acompañada de degeneración de la retina,
que se relaciona con mutaciones en el gen RPE95. En modelos experimentales, la
administración directa en la retina de un virus portador del gen funcional es
capaz de impedir la degeneración y permite que la actividad eléctrica de esta
estructura ocular sea comparable a la que se observa en animales sanos. Los
resultados de este estudio constituyen el primer éxito para prevenir la ceguera
en un mamífero y tienen una importancia adicional, si consideramos que las
mutaciones del gen RPE95 se observan en el humano en la ceguera congénita
conocida como amaurosis de Leber. Por otro lado, la manipulación genética de
células de la córnea ex vivo puede ser, en
el futuro, una solución frente a la incompatibilidad y el rechazo observado en
algunos trasplantes de córnea. Hasta ahora, los experimentos realizados en
animales han sido un éxito.
8 sida
Se han realizado
aproximaciones, tanto in vivo como ex
vivo, en el sida, mediante el
empleo de vectores retrovirales portadores de genes de
la cápside o la envoltura del VIH, como la
glicoproteína 120, siendo los linfocitos T las células diana.
Los glóbulos blancos modificados reconocen las
células infectadas por el VIH y las eliminan, tanto
en las primeras etapas de la infección como al
cabo de largos tratamientos antivirales. En los primeros
ensayos clínicos estas células pueden
eliminarlo de manera
tan eficaz como lo harían los linfocitos T
atacados por el virus, es más, éstas son capaces de atacar
eficazmente a varios mutantes del VIH.
La TG viene
a aumentar el abanico terapéutico disponible en la actualidad en la
insuficiencia cardiaca, abriendo las puertas a un nuevo tratamiento que tiene
como diana a la proteína fosfolamban. Individuos con insuficiencia cardiaca
presentan alteraciones en la regulación de esta proteína. La sobre-expresión,
mediante un virus adenoasociado, de una forma mutada del gen de la fosfolamban
bloquea a la proteína nativa. En estos casos se utilizó un catéter, similar al
utilizado en la actualidad para practicar angioplastias, para transportar el
virus hasta el lugar de acción.
10 Arterosclerosis
Recientemente se
ha abierto la posibilidad de aplicar la TG a patologías como la
arteriosclerosis.
La
administración, mediante catéteres espaciales, en la arteria poplítea de la
extremidad afectada por mal riego sanguíneo de genes que expresaban el factor de
crecimiento vascular endotelial, ha sido considerada un éxito parcial. Aunque
los resultados iniciales no han sido del todo buenos (ya que tan «sólo»
consiguieron evitar la amputación de la pierna gangrenada durante varias
semanas), sí consiguieron revascularizar la extremidad.
La
sobre-expresión de factores de crecimiento antes de una prostatectomía radical
podría ayudar a reparar el nervio cavernoso y, de esta manera, se podría
minimizar la disfunción eréctil neuropática y preservar la capacidad de
erección. En ratas, la técnica alcanza tasas de éxito de entre el 70 y el 85%.
Las técnicas de TG han sido también empleadas para revertir la infertilidad en
ratones machos, que se convirtieron en fértiles sin que el gen o el vector
lentiviral introducido se transmitiese a su descendencia. Los ratones tratados
presentaban dificultad en la formación de células espermáticas debido a ciertas
mutaciones en el gen KL2 de sus células de Sertoli.
12
Dolor
Por último, la TG
ha realizado incursiones en el campo del dolor. Así, la expresión de forma
continuada de preproencefalina en neuronas sensitivas abre las puertas a
aplicaciones clínicas en el tratamiento del dolor asociado al cáncer, artritis,
angina y neuropatías periféricas. La TG, al ser específica, permite que la
liberación de sustancias analgésicas se produzca tan sólo en los lugares de la
hiperestimulación, evitando la aparición de efectos secundarios de los
narcóticos como la confusión mental y el letargo.
A continuación,
discutiremos las técnicas de terapia génica empleadas en las diferentes
enfermedades humanas, así como sus problemas y resultados.
13 Fibrosis quística
Se han utilizado
muchos experimentos en los que se usaron cultivos celulares para encontrar un
camino eficiente para introducir genes humanos en células sin que sufran
reordenamientos u otras alteraciones que puedan afectar a la expresión génica,
es decir, que el gen introducido sea estable.El gen para la fibrosis quística
(CF) era un objetivo importante para la terapia génica. In vivo se habían
descrito anormalidades en la conductancia en los canales de cloro, y una línea
celular CF- expresaba el mismo defecto. Esta línea celular se utilizó en
ensayos que intentaban estudiar la actividad del gen CF introducido en la
célula. Uno de los vectores que más se han utilizado en la lucha contra la
fibrosis quística ha sido el vector retroviral. Un ADNc para el gen regulador
de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística (CFTR) era construido
por el solapamiento de tres clones ADNc, y un ADNc completo era clonado en un
vector retroviral.
Las células CF-
eran infectadas por un vector retroviral que llevaba un gen CFTR, y la célula
con el provirus integrado eran seleccionadas por su resistencia al G418. Las
células expresaban el gen CFTR. Los datos más interesantes procedían de las
medidas del grado de funcionamiento de los canales para el cloro. El flujo
aniónico de las células en respuesta a una estimulación por la adenilato
ciclasa proporciona una conductancia para el cloro semejante. En ausencia de un
determinado estimulador de la adenilato ciclasa, el flujo aniónico de las
células CF- y de las células CF- que contienen el gen CFTR introducido se
pierde. Si se le adiciona este determinado activador de la adenilato ciclasa,
el flujo aumenta rápidamente en células CF- con CFTR , pero en las células CF-
el flujo permanecía bajo. Se utilizaron técnicas electrofisiológicas para
determinar si la conductancia para el cloro influía en ese flujo aniónico.
Estos experimentos mostraron que las corrientes de cloro se detectaban
únicamente en las células CF- con CFTR. Significativamente, la respuesta de las
células CF- con CFTR es comparable con las respuestas traqueales humanas
normales y alienta la esperanzas de que la terapia génica para la fibrosis
quística , usando vectores retrovirales directamente sobre el epitelio pulmonar
por medio de aerosoles, sea posible.
14
Terapia génica utilizando fibroblastos de la piel
Estas células han
sido usadas en pacientes afectados de mucopolisacaridosis, que es una
enfermedad hereditaria que se caracteriza por la deficiencia de enzimas
lisosomiales.
Los fibroblastos
se obtienen fácilmente crecen bien en cultivo, y pueden ser infectadas
eficientemente con vectores retrovirales. Por ejemplo, las células de un
paciente afectado por la enfermedad de Gaucher (deficiencia de
glucocerebrosidasa) eran infectadas con un vector retroviral que contenía un
ADNc de la glucocerebrosidasa. Los niveles de enzima en las células infectadas
alcanzaron el nivel de las células normales. En el caso de la deficiencia de
adenosina desaminasa, los fibroblastos de la piel infectados con un retrovirus
que llevaba un ADNc de ADA producían más ADA que las células normales. Los
investigadores calculan que se necesitan más de 4x10e8 fibroblastos tratados
genéticamente para producir efecto terapéutico en pacientes.
15
Terapia génica aplicada a hepatocitos
Un gran número
de enfermedades metabólicas hereditarias afectan al hígado, y el transplante de
hígado ha sido utilizado para tratar estas enfermedades y otras como son la
hipercolesterolemia y hemofilia. Estas técnicas se han desarrollado a partir de
aislamiento y cultivo de hepatocitos. Ejemplos de la utilización de estos
hepatocitos es el estudio y tratamiento por terapia génica del
hipercolesterolemia en humanos. Esta es una enfermedad hereditaria causada por
mutaciones en el receptor de la lipoproteína de baja densidad (LDLR), y
aquellos pacientes que son homocigóticos para la mutación del gen de LDLR
generalmente mueren por un ataque al corazón antes de los 20 años.
16
Linfocitos modificados genéticamente
Un sistema de
entrega a células de melanomas malignos está siendo utilizado en experimentos
clínicos. Los linfocitos infiltrantes en tejidos (TILs) son linfocitos que se
infiltran los tumores sólidos y que pueden matar células tumorales si se
administran junto a la interleuquina 2 (IL-2), que es un factor decrecimiento
de linfocitos. Cuando los TILs eran aislados de melanomas malignos, estimulados
en su crecimiento en un cultivo tisular con IL-2, y se inyectaban de nuevo al
paciente, en ocasiones producían la regresión del melanoma.
Para intentar conocer
como los TILs trabajan in vivo, es importante conocer cuantos de los TILs
transplantados sobreviven y si alcanzan los tumores. Una estrategia que se ha
desarrollado para seguir los TILs inyectados al paciente es marcarlos con
retrovirus. La primera vez que se hizo este experimento en células humanas
genéticamente modificadas se utilizó un vector retroviral que llevaba el gen de
resistencia a la neomicina.
17 Deficiencia de adenosina desaminasa (inmuno deficiencia
combinada grave)
Se debe a un trastorno
autosómico recesivo. Su deficiencia origina una disfunción intensa en las
células T y B, que provoca la muerte de los pacientes antes de los dos años de
edad por infección masiva. Se comenzó a estudiar su tratamiento por terapia
génica en 1.990 para una mutación en el gen adenosina desaminasa. Dos niños de
cuatro y nueve años con deficiencia de ADA están recibiendo terapia génica. De
los niños se aíslan linfocitos T, a los que se les introduce un gen ADA normal
usando un vector retroviral, y son devueltos a los pacientes. Los niños han
estado recibiendo células con genes corregidos cada uno o dos meses durante un
año y estos niños mostraron mejoras clínicas significativas. Ahora son capaces
de iniciar una respuesta inmunitaria y se ha producido una importante decreción
del número de infecciones. El niño de menor edad, que ha sido tratado por más
tiempo, puede llevar una vida completamente normal. Estos resultados son muy
esperanzadores, y si la terapia génica en células ítem de la médula avanza, no será
necesario un injerto continuo de células modificadas.
Tras numerosos
experimentos en organismos modelo, se iniciaron hace ya más de cuatro años
ensayos clínicos de transferencia génica de ADA hacia los linfocitos T
periféricos, previamente tratados in vitro. Aunque algunos pacientes
experimentaron una notable mejoría clínica e inmunitaria, los resultados
difieren considerablemente de unos a otros y no llegan a normalizarse todos los
índices de la función inmunitaria.
18 Terapia génica en la cura del cáncer
El diagnóstico
del cáncer a nivel molecular permitirá un pronóstico más preciso; pero aún
podemos llegar más lejos utilizando una terapia génica que tiene como finalidad
la destrucción selectiva de la célula Tumoral. La pérdida del oncosupresor p53
puede ser corregida introduciendo una copia sana en la célula neoplásica; la
sobre-expresión del oncogén k-ras también puede suprimirse introduciendo el gen
k-ras anti-sentido que inactive su expresión o bloquee sus ARNs.
Los retrovirus
permiten introducir genes, potencialmente suicidas, en el seno de un Tumor ya
que infectarán e insertarán su ADNc en células en división; los adenovirus,
aunque no integren en el huésped pueden permanecer activos el tiempo suficiente
para destruir el Tumor. También es posible introducir en el Tumor o en el
organismo genes inmunoestimulantes, como la interleuquina (IL2), que
potencialmente protege de distintos tipos de cáncer y de sus recidivas.
Existe una gran
esperanza para pacientes afectados por alguna enfermedad puedan ser tratados
por terapia génica, por la cual, se le sustituye un gen defectivo por un gen
normal. Aun así, los obstáculos que supone la terapia génica son muy
importantes.
Se necesita mucha
información sobre la patología molecular de un desorden genético, antes de que
los investigadores puedan decidir si este desorden es factible a la terapia
génica, y si es así, también habría que tener en cuenta diferentes asuntos
sociales y éticos. El gen en cuestión debe ser clonado y además debe existir
una manera segura de introducir el gen en las células
CONSECUENCIAS
DE LA TERAPIA GÉNICA
La modificación
del material genético de una célula afecta tanto a la célula como a sus
descendientes. Hay un gran debate de los peligros potenciales del uso de un
tratamiento que diseña deliberadamente cambios genéticos que son potencialmente
propagables.
Estos miedos se
centran sobre todo en las alteraciones genéticas de la línea germinal. Se cree
que los riesgos de estos tratamientos. Pero, ¿cuáles son estos riesgos?
1 Todas las
integraciones cromosómicas, aparte de los cambios homólogos, poseen el potencial
de alteración de locis endógenos fortuitos y por lo tanto producir mutagénesis,
que puede derivar en oncogénesis. Si realizamos la terapia génica en células
somáticas nosotros no transmitiremos los genes manipulados en esas células
somáticas a las futuras generaciones pero alteramos la línea genética del
individuo. La intervención directa en las células somáticas difiere del
tratamiento médico convencional sólo en que aquí hay una clara y directa
conexión entre la terapia y la selección genética.
2 En el caso de
síndromes causados por locis dominantes el conjunto completo de genes está
representado por los individuos afectados. Su éxito reproductivo por lo tanto
influye directamente en el tamaño de este conjunto en la siguiente generación.
Si los individuos llevan alelos no reproductivos, la frecuencia del gen en la
población está mantenida por que ocurran nuevas mutaciones.
3 En las
enfermedades genéticas ligadas al sexo, recesivo en la mujer y dominante en el
hombre. Como el número de afectados es mucho mayor (todos los machos que lleven
el alelo se verán afectados) la influencia del éxito de la terapia en la
frecuencia génica será también mayor.
4 La modificación
deliberada de la línea germinal tendría efecto sobre la estructura de la
población sólo por una transformación genética a gran escala o alternativamente
donde el genoma mutado tenga una alta ventaja selectiva. Un hecho preocupante
sería la introducción de resistencia a una enfermedad patógena. Si sólo
"los elegidos" son protegidos de la enfermedad podría existir la
posibilidad de un gran cambio genético en la población
5 la terapia génica somática, tiene un efecto directo sobre el paciente individual pero alguna transformación génica de la línea germinal puede sólo tener efectos sobre la descendencia aún no nacida. Esto por lo tanto no afectará al paciente que está siendo tratado. Con las posibilidades de investigación de prenatales de la reimplantación tanto como de la donación de esperma y óvulos y adopción es muy difícil ver como la intervención deliberada en la línea germinal puede ser éticamente justificable.
5 la terapia génica somática, tiene un efecto directo sobre el paciente individual pero alguna transformación génica de la línea germinal puede sólo tener efectos sobre la descendencia aún no nacida. Esto por lo tanto no afectará al paciente que está siendo tratado. Con las posibilidades de investigación de prenatales de la reimplantación tanto como de la donación de esperma y óvulos y adopción es muy difícil ver como la intervención deliberada en la línea germinal puede ser éticamente justificable.
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